jueves, 5 de noviembre de 2009

¿Cuál es el mensaje del Fuerte Pregón?


En este momento no sabría qué predicar, de no ser el mensaje del tercer ángel. No sé cuál otro pudiera ser mi deber, si no es llevar a los oyentes al reconocimiento de su necesidad del poder de Dios...

Únicamente el poder de Dios nos sostendrá. ¿Dónde encontramos ese poder de Dios? En Jesucristo...

Siendo así, ¿qué otra cosa habríamos de predicar al mundo, sino a Cristo? ¿De qué hemos de depender, sino de Cristo? ¿Qué es el mensaje del tercer ángel, sino Cristo? Cristo es el poder de Dios, las riquezas insondables de Dios, la justicia de Dios, la vida de Dios, ¡Cristo es Dios! Tal es el mensaje que hemos de dar ahora al mundo. ¿Qué es lo que el mundo necesita? A Cristo. ¿Necesita algo más? No...

Así pues, Cristo es el poder y la sabiduría de Dios, es las riquezas insondables y la vida de Dios. Eso es lo que hemos de predicar. ¿Qué lo expresa en una sola palabra? El evangelio. ¿En qué consiste predicar el evangelio?...

¿Qué nos ha dado Dios para llevar al mundo, si no es "el evangelio eterno para predicarlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo"? (Apoc. 14:6). ¿Acaso no comienza así el mensaje?...

Así pues, lo que introduce y abarca la totalidad de esos mensajes es el evangelio eterno...

Sin embargo, antes de que pudieran predicar el evangelio tal como les había encomendado, Jesús les dijo en ocasión de su ascensión al cielo: "Quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos de poder desde lo alto". ¿No cabría pensar que tras haber pasado tres años y medio junto a Cristo, oyéndole, amándole, estudiándolo a él y con él, habiendo sido enseñados por él todo aquel tiempo, incluso habiendo predicado, no os parece que habría que deducir que estaban capacitados para llevar el evangelio al mundo? No ciertamente. Les dijo: ‘Esperad en Jerusalén’. "Quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" (Luc. 24:49)...

Vemos por lo tanto, que en lo referente a ellos mismos y a su obra, así como en lo relativo al poder al que tenían que hacer frente, estamos hoy exactamente en la misma situación en que estaban ellos cuando Jesús ascendió al cielo. Estamos en esa situación en la que todos los poderes de la tierra están coligados en contra del mensaje que hemos de llevar al mundo, por lo tanto necesitamos -tanto como ellos- ser investidos con poder de lo alto. Es, pues, un hecho objetivo que estamos exactamente en la situación en que estaban ellos cuando Jesús ascendió al cielo y les mandó esperar hasta haber recibido aquel poder..."

Alonzo Trevier Jones
General Conference Daily Bulletin, 1893
El mensaje del tercer ángel (nº 7)
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